Alejandra Oliveras murió a los 47 años. Su historia es la de una mujer que convirtió el dolor en energía y la lucha en destino.

Alejandra “La Locomotora” Oliveras murió a los 47 años, dejando un vacío enorme en el mundo del boxeo y en quienes la admiraban.

Olivera fue más que una campeona, fue una mujer que vivió con la guardia alta dentro y fuera del ring convirtiendo cada caída en una oportunidad para levantarse. Ella jamás se rindió ante la adversidad, aunque su vida fuera una batalla constante, no solo deportiva, sino emocional, social y económica.

En Verdades Afiladas, dialogamos con Jorge Roña Castro, ex boxeador y campeón mundial de peso mediano, quien expresó su dolor por la pérdida y destacó la personalidad de “La Locomotora”: “Era una mina que siempre te daba aliento, siempre estaba contenta“.

Más allá de la tristeza por su partida, el excampeón destacó la huella imborrable que dejó en el deporte argentino: “Es una mina que hoy no está más, pero seguimos hablando de ella, de lo que fue y lo que hizo".

Roña remarcó que, a pesar de haber alcanzado la cima del boxeo, La Locomotora no pudo asegurarse un futuro económico: “Tuvo 6 títulos del mundo, pero con el boxeo nunca hizo plata, no se podía comprar la casa. No es como el boxeo masculino, acá la guita se la lleva el promotor”.

Castro también reflexionó sobre los orígenes humildes que comparten muchos boxeadores y lo que representa este deporte como herramienta de transformación social: “Nunca vi un boxeador millonario que quiera agarrarse a palos, todos arrancamos desde bien abajo. Agradezco a este deporte que me sacó de la pobreza”.

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