El objetivo es aprovechar la luz solar, mejorar la salud de la población y generar un ahorro energético.
Argentina evalúa cambiar su huso horario oficial en 2025, una medida que ya genera debates en el ámbito político, económico y social.
Desde 2007, el país mantiene el horario UTC–3 durante todo el año y no adopta el horario de verano, algo que sí se aplicó en otras épocas con el objetivo de ahorrar energía. Sin embargo, un nuevo proyecto de ley propone retroceder una hora y pasar a UTC–4.
Quienes impulsan la iniciativa sostienen que, con el horario actual, durante el invierno muchas ciudades del país amanecen recién cerca de las 8:30 o 9:00, lo que altera los ritmos biológicos y afecta la productividad y la salud de la población. Con un cambio al huso UTC–4, los días comenzarían más temprano y la luz solar acompañaría mejor las actividades matutinas.
Además del impacto en la salud y en los hábitos cotidianos, uno de los principales argumentos a favor del cambio de huso horario es el ahorro energético. Al adelantar la hora de salida del sol, las personas comienzan sus actividades con mayor luz natural y con temperaturas más elevadas
En Última Pregunta, dialogamos con Andrea Pattini, directora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía del CONICET Mendoza, quien explicó: “Si ustedes miran un mapa de los usos horarios, van a ver que no hay un solo territorio de la República Argentina donde coincida la duración del día y el uso horario”. Además, Pattini destacó que “tenemos un jetlag social de al menos una hora y media, sobre todo en las provincias del oeste de la Argentina”, lo que implica que muchas personas viven desfasadas respecto al ritmo natural de la luz solar y su reloj biológico.
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