Lo afirmó María del Carmen Verdú, de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional, en referencia al "gatillo fácil" que mató a Thiago Correa.

Durante el fin de semana último pasado se produjo el deceso de Thiago Correa, el chico de 7 años que se encontraba internado en grave estado tras ser baleado por un agente de la Policía Federal (PFA) durante un presunto enfrentamiento con delincuentes, aparentemente armados, en La Matanza.

Ell pasado miércoles por la noche, Facundo Daniel Aguilar Fajardo, el policía acusado de asesinar a Thiago, pretendía defenderse de cuatro jóvenes que habrían intentado asaltarlo, pero que retrocedían cuando les mostró su arma reglamentaria. Sin embargo, los persiguió durante dos cuadras disparándoles hasta que, finalmente, baleó al nene, que esperaba un colectivo junto a su padre. En total el policía disparó 11 veces por la espalda y, además de matar a Thiago, asesinó a un presunto ladrón de 18 años e hirió a otros dos.

En Verdades Afiladas, dialogamos con María del Carmen Verdú, integrante y fundadora de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional), quien fue contundente al analizar el accionar del agente. "Acá fueron asesinadas dos personas, Thiago de 7 años y Brandon de 18. En todos los casos, los disparos ocurrieron en situaciones donde el policía no tenía de qué defenderse", afirmó.

Verdú cuestionó no sólo la legalidad de la actuación policial, sino también su legitimidad. "Acá hubo 11 disparos por la espalda, provenientes del policía. El disparo por la espalda, además de ser un acto de cobardía, es un asesinato", sostuvo.

Por su parte, el fiscal Diego Rulli, de la Fiscalía de Homicidios de La Matanza, solicitó la detención del policía al considerar que actuó en exceso de la legítima defensa. Este fin de semana, el fiscal cambió la carátula a "homicidio por dolo eventual".

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