20 mil personas se presentaron para revivir los 30 años de El Amor después del amor. Por Agustin "Pato" Rabbat. Foto: Quality.
Aproximadamente a las 21.45 se apagaron las luces del Monumental de Alta Córdoba, con los primeros acordes de la batería de “El amor después del amor”, y un Fito Páez vestido de violeta y lentes oscuros, que salió a desplegar toda su música.
La puesta del escenario fue de nivel internacional con un sonido sin fisuras y grandes pantallas.
El show se fue desarrollando con canciones del disco más taquillero de nuestro país, como “La Verónica”, “Dos días en la vida”, “Trafico por Katmandú” o “Pétalos de sal” y los clásicos de siempre: “11 y 6”, "Circo beat" o “Naturaleza Sangre” siendo una versión más rockera de Páez.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando el rosarino interpretó “Yo vengo a ofrecer mi corazón” a capela con la cancha de Instituto enmudecida.
Fito puso a bailar a todo el público desplegando su etapa más funkie con la percusión y vientos luciéndose de la mejor manera en la unión de “Solo los chicos”, “Nada más preciado”, “Gente sin swing”, “Tercer mundo”, y“No bombardeen buenos aires” del “Santo Charly” según las palabras del músico.
“Brillante sobre el mic”con una Alta Córdoba iluminada con los flashes de los celulares será recordado en todos los presentes que agotaron las localidades.
Para los bises sonaron “Dar es dar”, “Mariposa Tecknicolor” y“Y dale alegría a mi corazón” con la gente revoleando buzos y remeras.
Fin de una noche en la que Córdoba coronó de gloria a uno de los músicos más trascendentes de nuestro país.