El Concejo Deliberante la prohibió, pese a que algunos carreros no están de acuerdo con la medida por la exigencia que se les impone.
El Concejo Deliberante de Córdoba aprobó una ordenanza que prohíbe la "tracción a sangre" en todo el tejido municipal. Los carreros ahora son denominados recuperadores urbanos y el Municipio les otorga motocarros eléctricos, a cambio de los caballos y del carro.
La ordenanza establece multas, tanto para quienes infrinjan la normativa como para quienes contraten servicios que utilicen tracción a sangre. Estas multas se calculan entre 30 y 50 Unidades Económicas Municipales, lo que representa un rango de entre $70.800 y $118.000.
Los trabajadores deberán capacitarse en un oficio y hacer un curso de alfabetización. Esto complica la situación de muchas personas que, por razones de sustento económico, no pueden dejar de ir a la calle a buscar material reciclable.
Además, en diálogo con el móvil de Continental, algunos de ellos expresaron no estar seguros de que las motos estén disponibles.